La vesícula biliar es un saco que almacena y libera bilis, la cual descompone las grasas en el cuerpo. Durante el proceso de descomposición de las grasas, a veces se forma un cálculo biliar. Éste es un material solidificado que bloquea el flujo necesario de la bilis. Comúnmente, esto se trata con cirugía para extirpar la vesícula biliar. La cirugía tradicional se llama una colecistectomía abierta. Mientras que un paciente está bajo anestesia general, los cirujanos cortan una incisión debajo de las costillas y mueven el hígado para quitar la vesícula biliar. La mayoría de las cirugías de la vesícula biliar se realizan mediante una colecistectomía laparoscópica, que es mínimamente invasiva. Sin embargo, los errores todavía pueden ocurrir durante este procedimiento que pueden lesionar a un paciente. Si usted es una víctima de la negligencia de una colecistectomía laparoscópica, los abogados experimentados de malapraxis médica de Chicago en el Moll Law Group están listos para ayudarle a buscar la compensación.
En una colecistectomía laparoscópica, el cirujano realiza una pequeña incisión en el abdomen e inserta un tubo hueco en el que se introduce una cámara de video. Más de estos tubos se insertan en otras pequeñas incisiones para cortar los conductos y los vasos.
Es crucial que cada arteria y corte se identifique correctamente para que a los correctos se le coloquen clips porque es posible colocar un clip por error en el conducto biliar común o en los órganos cercanos, lo que puede provocar lesiones graves o la muerte. La vesícula biliar se retira a través de la incisión. Por lo general, la recuperación de este procedimiento es más corta que la recuperación de la cirugía tradicional, y la mayoría de los pacientes permanecen en el hospital durante horas o por una noche, en lugar de días.
Un error común en estos procedimientos es accidentalmente cortar el conducto biliar común, el cual que drena la bilis del hígado hacia el intestino delgado. Cuando la bilis se filtra en el abdomen, pueden ocurrir complicaciones muy significativas, y el paciente puede necesitar otra cirugía para reparar el conducto biliar y drenar la bilis del abdomen. Se ha informado que la incidencia de lesión biliar asociada con este procedimiento es el doble que la de la colecistectomía abierta. Las consecuencias pueden ser graves. Cuando el conducto no puede ser reparado, un paciente puede necesitar tubos permanentes para drenar la bilis hacia un tubo externo. Si se cortan o perforan órganos cercanos, puede ocurrir sepsis aguda.
La malapraxis ocurre si un cirujano no actúa de acuerdo con el estándar de atención, causando así una lesión al demandante. El corte del conducto biliar o de los órganos en algunos casos es una complicación conocida del procedimiento, pero en algunos casos puede considerarse que el cirujano no cumple con el estándar de atención adecuado. Por lo tanto, es necesario que un cirujano con experticia proporcione una opinión sobre los hechos específicos de la cirugía que están en cuestión.
A menudo, la negligencia no está en las complicaciones mismas, sino en cómo las complicaciones son reconocidas, reparadas o manejadas después de la colecistectomía laparoscópica. En algunos casos, los mejores intereses de un paciente requieren que se estabilice y se refiera a otro centro que tenga más experiencia en la reparación de lesiones ductales.
La malapraxis también puede ocurrir como resultado de errores por parte del equipo quirúrgico, tales como negligencia por parte de una enfermera u otro miembro del personal que es responsable de esterilizar el equipo o monitorear adecuadamente al paciente después del procedimiento.
Si usted sufrió lesiones o perdió a un ser querido debido a la negligencia por colecistectomía laparoscópica, debe consultar a los abogados de malapraxis médica de Chicago en el Moll Law Group lo antes posible. Nuestra firma representa a gente en Naperville, Schaumburg, Wheaton, y ciudades a través del Condado de Cook. Se han recuperado miles de millones de dólares en los casos en que estuvimos involucrados. Llámenos al 312-462-1700 o llene nuestro formulario en línea para programar una consulta gratuita con un abogado de errores quirúrgicos.